Pues sí, en mi caso un par de kilos.
Y es que esto te cambia los hábitos de comida, al tener que lavarte los dientes después de cada comida o bebida, hace que piques menos entre horas.
Por otro lado, aún tengo que evitar alguna forma de frenar el hambre con la que llego a las comidas, he oído que beber mucha agua puede ayudar...
El caso es que esto es un arma de doble filo, porque hay veces que ya que te lo has quitado y te vas a tener que lavar los dientes, prefieres 'llenar bien el depósito' para hacer que merezca la pena.
Por otro lado, aún no he conseguido librarme de la sequedad bucal, ahora son más que nada los labios que se me resecan. He empezado a usar barritas de vaselina o cacao para que no se me sequen y agrieten demasiado, sobre todo por la noche. Y es un tema que me preocupa, porque aún no llevo puesto el alineador en los dientes de abajo. Voy a tener que preguntarle al odontólogo si esto es normal.
Procuro beber mucha agua, no creo que sea sólo por el alineador, supongo que el hecho de estar lavándome constantemente los dientes hace que la pasta dental ayude a provocarme esa sequedad también.
Y otra cosa que creo que no he mencionado antes es que tengo que reemplazar el cabezal del cepillo de dientes eléctrico cada mes y medio, cuando antes lo hacía casi a los tres meses. Esto puede que sea también porque soy un poco obsesivo, y pongo mucho más énfasis en la limpieza ahora.
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