A parte del hecho de tener que ir a lavarte los dientes cada vez que acabas de comer. Invisalign esconde alguna que otra mala sorpresa a la que tendré que acostumbrarme.
Si has leído el post anterior, no todo iban a ser ventajas...
Otra cosa que no me gusta es el hecho de tomarte un café de mediodía, cuando el cuerpo te dice que no puede con el sueño. Trabajando en una oficina no te puedes permitir el ausentarte para tomarte el café durante una hora, bueno si eres funcionario a lo mejor sí ;-) pero para un trabajador de empresa privada no está muy bien visto, teniendo en cuenta que después te vas a ausentar otra hora para la comida. También es un poco asqueroso tomarte el café y lavarte inmediatamente los dientes, aún con los dientes limpios, la saliva todavía parece que conserva el sabor del café :'(
En fin, que para bien o para mal, he dejado de comer-beber entre horas.
Volviendo al título del post, llevando ya una semana y media con los alineadores, salí a dar una vuelta con los amigos. Sólo fueron un par de cervezas, pero claro, un viernes por la tarde lo mínimo que estás fuera son 5 horas. La verdad es que estuve entre quitármelos o dejármelos puesto y beber con ellos.
He leído bastante en internet, principalmente en foros en inglés ya que casi no hay nada en español.
Hay opiniones de todo tipo.
Si te dejas los alineadores puestos, corres el riesgo de que el ácido de la bebida se introduzca entre los dientes y el alineador, que está hecho de un material de plástico duro no poroso. Por lo que dicen los ortodontistas, la posibilidad de tener caries es mucho mayor, ya que el ácido está en contacto permanente con tus dientes y, al no entrar saliva, permanece ahí hasta que te lo quitas y te lavas los dientes.
La segunda opción es la de quitártelos y esperar a llegar a casa para lavarte los dientes y volvértelos a poner. El problema es que Invisalign recomienda que no puedes quitarte los alineadores por más de dos horas al día, prácticamente para comer. A pesar de todo, esta fue la opción que yo tomé. Al principio me sentía culpable mientras estaba fuera sin ellos - el tratamiento no es barato precisamente - pero se me fue olvidando. Lo que si noté fue que al volvérmelos a poner, los dientes se habían movido ligeramente a su posición inicial, ya que sentía otra vez la presión del alineador. Por cierto, tengo que decir que, en mi caso, sólo he sentido esta presión durante los dos o tres primeros días tras ponerme el alineador, durante estos días fue más difícil sacarse el alineador, después casi ni he notado que lo tenía puesto.
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